Declaración del artista

Carolina Pixel

Carolina nació el 1 de febrero de 1991 en el estado de Brandeburgo y creció en el pequeño pueblo de Rathenow, a las afueras de Berlín. Desde pequeña, Carolina estuvo rodeada de naturaleza. Los numerosos lagos, bosques y, especialmente, el Havelland, influyeron tempranamente en su desarrollo creativo y personal, moldeando su vida artística.


Al principio, Carolina llevaba una vida más normal. Vivía como la mayoría de la gente al principio de su vida. Después del preescolar, la primaria y finalmente la preparatoria, se dedicó a la fotografía y estudió fotografía y diseño de movimiento en la Universidad de Europa en Berlín.


Después de cuatro años, los estudios ya no le hacían justicia al desarrollo creativo de Carolina, pues se volvió más práctica y empezó a pintar para diseñar sus propios decorados fotográficos. Lo que inicialmente le sirvió como una forma de escapar del mundo digital y de los estudios más teóricos se convirtió en su vocación a partir de ese momento.


Al finalizar sus estudios, pudo desarrollarse plenamente en el mundo analógico y artístico. La cámara dio paso a la pantalla. Lo que ya era evidente en la infancia se hizo cada vez más evidente y viajó por muchos países, vivió en Estados Unidos durante tres años y finalmente regresó a Berlín desde Nueva Zelanda.

embarazada de su primer hijo.


Tras el nacimiento de su hijo Lio y la pandemia del coronavirus, Carolina quiso volver a viajar por el mundo. Extrañaba especialmente el mar, así que empezó a traerlo a su vida llenando varios lienzos de vida.


Cuando finalmente compartió su arte en Instagram y cada vez más personas estaban asombradas por las olas y el surf en sus lienzos, decidió llevar el mar a todos los departamentos y casas del mundo y vender sus pinturas.


Desde 2022 vive con su hijo de 4 años en la isla portuguesa de Madeira y expone su arte en 2 galerías de moda en Funchal y Calheta, que se encuentran directamente junto al mar.


Con la arena negra de Madeira surgió una nueva inspiración para el mar y su arte, haciendo que cada obra sea única. Con su arte, Carolina busca crear una sensación de vacaciones en todos y brindar una relajación profunda y despreocupada durante los segundos o minutos que contempla sus cuadros.


Como una ventana desde donde miras hacia el mar.


Las olas buscan generar sentimientos de libertad y seguridad, de modo que el espectador se detenga a organizar sus pensamientos y se detenga en el presente para encontrarse a sí mismo y alcanzar su plenitud. Por lo tanto, también se podría hablar de una experiencia meditativa para calmarse y desconectar de la vida cotidiana.


Su nombre artístico, "Carolina Pixel", se lo dieron dos excursionistas franceses cuando peregrinaron juntos por el Camino de Santiago en España. Carolina se alejó tanto que solo la vieron como un píxel en el horizonte.



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